miércoles, 14 de marzo de 2012

ACTIVIDAD CULTURAL


Apreciable público que visita este blog:
Como docente del IMES, tengo el agrado de compartir con ustedes parte de las actividades culturales que se realizan en nuestra institución. 

En esta ocasión, la “entrada” de hoy está dedicada a un personaje emblemático del cine mudo, me refiero a “Charlot” interpretado por el genial Charles Chaplin, que nos dejó una bella estampa del esplendor y la vida en los años 20’s con la película City lights (luces de la ciudad), con su inigualable humor y sentimiento impreso en cada uno de sus movimientos y gestos.

A continuación apreciarán una pequeña muestra del film visto y una crítica-análisis del mismo con relación a la materia “ética y valores” aportado por un estudiante del cuarto semestre de la carrera en ciencias de la comunicación de nuestra institución.





 
La película “Luces en la Ciudad”  (City  Lights) de Charles Chaplín.
                                                            Por: Ignacio Manuel Gomez Mendoza

            Esta es una de los tantos ejemplos de exhibición  de burla hacia la clase burguesa, que se cree superior a todas y que más en el poderoso país de los Estados Unidos de Norteamérica en la época de 1920 a 1930.

            Inicia cuando el personaje principal  “Charlot” (Charles Chaplin) lo encuentran acostado en un monumento de su máxima representación, al ser develado por sus representantes, se quedan sorprendidos e indignados  al ver la actitud chistosa del vagabundo cuando se retiraba de manera inconciente, se  burlaba de toda la chusma presente. Interpreto esta acción, cómo una luz de aliento, de sobrivivencia, que nos motiva a realizar muchas cosas concientes e inconcientes, estos instintos deben ser bien encausados positivamente. Tenemos que accionar, ser concientes de que no hay seres superiores,  aplicando el valor de equidad de género, ya que el débil, el pobre e ignorante puede resurgir, porque tiene esa fortaleza de vivir y de ser feliz a su manera.

            En esta película veo que el ser humano se preocupa más en su quehacer cotidiano; la oficina, su trabajo, sus reuniones, sus amigos de parranda, etc. Todo mundo anda circulando y no se fija de sus semejantes y más delicado, la familia. En esta época moderna se han perdido muchos valores, la solidaridad, la tolerancia, la unidad, la comprensión, la responsabilidad, etc. y esto trae como consecuencia, la violencia, los secuestros, robos, asesinatos, los problemas familiares, que para mi es la pérdida de la conciencia y de los actos morales. Esto es una sombra que opaca esa luz de sobrevivencia por el bien común del ser humano.

            Veo otra situación de luz en el harapiento, en el vagabundo que anda sufriendo,  pero que tiene esa esperanza, esa fortaleza de encontrar a alguien que lo quiera que le dé ánimos, que  lo motive a seguir sobreviviendo, de recuperarse, de no andar fondeando y así lo logra a través de una dama que vende flores a la gente de la alta categoría, le da esa inspiración de amistad, esa luz rosa al ofrecerle esa sonrisa sincera, me doy cuenta que cuando hay esa honestidad más en una invidente, debemos corresponder con los valores de la solidaridad, de ayuda, de tolerancia, de comprensión ya que esto enriquece nuestras emociones y sentimientos como una luz verde.

            En la vida de ser humano encontramos una serie de luces (brillantes, opacas, débiles, azules, verdes, etcétera)  ó diferentes caras que reflejan la situación en que está. Como las actitudes del borrachito rico, que cuando se encontraba ebrio demostraba esa sencillez, ese agradecimiento,  esa tristeza, esa comprensión de ayudar, esa penalidad de suicidarse,  que tenía en su corazón y de  esa luz rosa hacia “Charlot” que lo había salvado de la muerte y no ser cuando estaba sobrio. Esto me hace pensar que no necesito de cosas para ser otra persona y que debo ser honesto, sincero y demostrar mi ética como ser humano.

            Hay una frase que me motiva, cuando Charlot le dice  “Que la aves cantarán mañana” al borrachito rico, que se quería suicidar. Esta frase llena de realismo, de luces combinadas verde y rosa, no debemos recaernos, no rendirnos ante los problemas, debemos tener ese ánimo de seguir luchando, porque el mañana puede ser el mejor, en este mundo de tropiezos y de alegrías.

            La vida nos trae muchas situaciones difíciles, pero tenemos que afrontarlas, superarlas, como le sucedió a Charlot personaje principal de esta película muda. A veces somos culpables de actos que no cometimos, situaciones en las que somos involucrados y sin deber nada. Charlot (Charles Chaplin) por conseguir el apoyo económico de mil dólares que le dio el borrachito rico, para pagar las deudas y la operación de los ojos de la dama. A consecuencia de eso fue encarcelado por varios años, acusado de que se los robó. Cuando sale va en busca de la señorita que vendía flores, percibiéndose una luz  de esperanza y  de ternura.

              Durante ese tiempo encerrado pasaron muchas cosas, la señorita recuperó la vista, tenía otra vida social, superó los obstáculos que se le presentaron, su vida era de una luz brillante, esperando al hombre que le ayudó o que tenía en la mente. Con esta película analizo que nuestra vida es otra, pero en diferentes escenarios, pero siempre en la mira de seguir sobreviviendo, de superar los obstáculos, de vivir la vida como si fuera el último día de nuestra existencia y esta enseñanza de Charlot (Charles Chaplin) nos dice que no decaigamos y si caemos levantarnos para seguir luchando.

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No se pierdan esta fascinante producción cinematográfica, que de hecho pueden encontrar en la red.
Si la entrada de hoy despertó su interés en ver la película, dejo a su disposición el siguiente video donde pueden verla completa, con títulos originales en idioma inglés.

Muchas gracias por su amable atención.
Atentamente,
L.C.F. MARIANA VENTURA IBÁÑEZ
Docente del IMES

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